De la atemporalidad a la tormenta
es cuando nuestra conciencia despierta.
Es un flujo glacial al que sostenemos
en una urna con sal de mar.
La prueba del doble ciego empieza
al separarnos por el vidrio bebiendo
lo que solo beben , los que ven debajo de la luz
y sobre los colores.
Sintiendo el mismo sabor acído
de caramelo en verano.
Encantar con la atemporalidad
sobre espejos de mercurio .
Catalizando hacia el vacio sin cojer piedras
ni dejar huellas .
Va a ser asi como trasamos
nuestra nueva frontera .
lunes, 2 de abril de 2007
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Vanity
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